El centro de la muestra es un salón de Basilea decorado con murales del artista Ernst Stückelberg (1831-1903) en la década de 1870. Poco antes de que la propiedad fuera demolida en 1937, se salvaron y almacenaron partes de la decoración del salón. Sacada de la penumbra a la luz, la cuestión del futuro de los fragmentos se plantea en el espacio relacional (de exposición).
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